Para hilvanar tu cintura
hace falta un tallo de jazmín
y pelusas de panadero ensortijadas
robadas al aire
Tu boca se dibuja con ramas de canela
y se pintan tus labios con polvo
de alas de mariposa
y néctar de orquídea
que olvida el colibrí
Los ojos se te esculpen
con pétalos de tulipán
y las pupilas con pluma de torcaza
bañada en mora madura
Y tu espalda
se teje con telarañas
y una ramita de olivo
bañada en aceite de lavanda
Tu cuerpo entero es lienzo
para bordar entre suspiros
con besos irrevocables
y caricias leves y florecidas
Niña mensajera
el mundo te queda estrecho
la tarde cela el aire que te toca
y la noche te mira absorta
mientras dormís de costado
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