martes, 13 de agosto de 2019

CCCLXXXVI

En la impávida sombra de una queja
se ha perdido la risa del invierno
no hubo nunca un retorno menos tierno
que el de mi alma a su eterna injuria añeja
Ya no sabe, calandria abandonada
si desear que la abrace mi promesa
o rebelarse al fin y ser tristeza
para dejarme solo con mi nada
Pero habrá de gritar, eso es seguro
y mi amparo dejará de ser suyo
porque el tiempo es hoy pura fantasía
Lo feliz no se nutre de futuro
y tampoco es eterno todo arrullo
pues se muere lo herido cada día

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