lunes, 19 de agosto de 2019

CCCXCVIII

Entre la luna y los árboles parece ruborizarse el cielo
una nube se atraviesa como un párpado
y el frío resucita el dolor de la espalda sin regla

Ay del que se entere del mal que guarda la mañana
un día más y la tregua se habrá roto
pero en el remiendo inconsistente de la ceguera
se descosen algunos hilos que muestran la serranía
el cascajo ondulante que deja una máscara
cuando al amor se le quita el encanto de la risa

Cascabeles blancos para los dientes del tigre
que anuncien el receso de todo lo vivido
y como zumbando pasan los fantasmas
a volcar historias de niñas encogidas en la burla
a las que sin embargo no se renuncia por nada
porque existir en ellas es mejor que exiliarse

cara de diamante, pequeñez herida
el río está amarronado por culpa de un silencio
y el techo de la vida está demasiado cerca
como para que tenga sentido una alegría

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