viernes, 16 de agosto de 2019

CCCLXXXVII

Es injuria en el beso la rutina
no hay espaldas ni pieles repetidas
el amor traza surcos en la vida
y dibuja en el cuerpo serpentinas

Siempre es otra la mano en la cintura
cuando hendida en la piel la mano quema
es el beso una gracia que blasfema
por su mero fungir de quemadura

Si la palabra fuera suficiente
para narrar la historia de un abrazo
no podría hacer duelo con un trazo

El calor del aliento impenitente
porque es vano el besar sin reverencia
e incurable la herida de su ausencia

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