¿Por qué la niña se duerme lejana?
¿Por qué me quema el alma como estigma?
¿Qué hará de cura, cuál será el enigma
cuyo laberinto la vuelve insana?
Quisiera tener el cielo en los ojos,
nubes en los dedos, soles en la piel.
Quisiera ser agua del arroyo aquel
que fue mi permiso del tiempo rojo
de sangre ligera y apasionada,
sangre de niño sin otra porfía
que hacer un castillo en el mediodía
sin más argumento que una mirada;
pero soy esclavo en el ir desierto
y el amor del niño ya llora muerto
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